Balance 2024 y perspectivas en la escena musical de Euskal Herria

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La escena musical vasca reflexiona para Musika Bulego Elkartea sobre la salud del sector y sus perspectivas para el año 2025.

El sector musical de Euskal Herria despide 2024 con cifras récord y una vibrante actividad artística que reflejan su capacidad de resiliencia y reinvención. Con un aumento del 25% en la venta de entradas, el crecimiento del streaming y la consolidación de espectáculos en vivo como ejes clave, personas expertas del sector señalan a 2024 como uno de los mejores de la última década. Sin embargo, este éxito convive con retos estructurales que la música debe abordar de cara a 2025 para garantizar su sostenibilidad y equidad.

Un año de éxitos y dinamismo

Según Amaia Ispizua, presidenta de Musika Industriaren Elkartea y promotora en Get In, 2024 ha sido “uno de los mejores años para el sector musical”. Las ventas de entradas crecieron un 25% respecto al año anterior, y el consumo de música en streaming mantuvo su tendencia al alza. Además, el público mostró un interés creciente por los espectáculos en vivo, consolidando un tejido artístico diverso con un protagonismo destacado de mujeres creadoras y artistas emergentes.

Gotzon Uribe, presidente de Kultura Live, destaca también un año próspero en la creación musical, con la aparición de numerosos grupos y una escena local que atrae a un público cada vez mayor en las salas de conciertos.

Desde el ámbito discográfico, Andrés Camio “Jitu”, responsable del área musical de la editorial Elkar, subraya el dinamismo del sector y asegura que “la música se reafirma como motor principal de la cultura” y “la creación no es la que está en crisis”. También menciona hitos como el lanzamiento del nuevo estudio de Elkar y la gira de “40 años” de Fermin Muguruza, y destaca la importancia del vinilo como un formato que sigue ganando adeptos en un entorno digital acelerado.

Avances clave y logros sectoriales

La aprobación de la reforma del IRPF bajo el Estatuto del Artista, según Sara Azurza, música y presidenta de Musikari, ha sido un hito destacado. Esta medida permite considerar la intermitencia laboral y los ingresos irregulares de los artistas, marcando un antes y un después en la fiscalidad del sector.

Por su parte, Helga Arias, presidenta de Musikagileak, celebra el creciente interés por la música contemporánea vasca tanto a nivel nacional como internacional. Destaca la consolidación de los ciclos y festivales, aunque subraya la necesidad de respaldos institucionales más consistentes para garantizar su sostenibilidad.

Retos y mirada al futuro

A pesar del éxito, las voces del sector coinciden en los grandes desafíos que deben afrontarse. Entre ellos se encuentra el apoyo a las salas de conciertos, que siguen enfrentándose a problemas de viabilidad económica debido al aumento de costos operativos y la competencia de grandes festivales. Las condiciones laborales y la profesionalización también son prioritarias: avanzar en la implementación del Estatuto del Artista y la firma de un convenio regulador para el personal técnico es esencial para dignificar el sector. Álvaro Sanz, director de ABS Iluminación, espera que la firma de un convenio regulador de las relaciones laborales del personal técnico “sea una realidad más pronto que tarde”.

Tampoco pierden de vista a la inteligencia artificial que plantea nuevas amenazas y oportunidades, como su impacto en el streaming y la creación musical.

Otro desafío clave es fomentar la igualdad de género en un sector liderado mayoritariamente por hombres, al tiempo que se protege el euskera en un mundo globalizado. También es fundamental documentar y archivar las composiciones musicales, creando un legado que preserve la rica historia musical de Euskal Herria. Finalmente, se debe fortalecer la financiación pública y privada para garantizar un ecosistema sostenible y apoyar tanto a artistas emergentes como a los ya consolidados.

Agus Barandiaran, fundador de Korrontzi, llama a fortalecer el apoyo a los y las artistas emergentes y a la financiación cultural para garantizar un negocio musical sostenible. Mientras tanto, Gotzon Uribe insiste en visibilizar a los creadores locales y fomentar su desarrollo.

El sector musical vasco afronta 2025 con optimismo y determinación. Como concluye Amaia Ispizua, “los grandes retos solo podrán superarse con un tejido asociativo sólido que sitúe la música en el lugar esencial que merece”.

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